El incinerador de agujas Etna 497 es un pequeño volcán en miniatura, que le permite destruir la aguja inmediatamente después de usarla, evitando el riesgo de infección directa o cruzada, eliminando de golpe dicho riesgo de infección por un pinchazo fortuito.
El incinerador-destructor de agujas ETNA 497 lo hace posible gracias a su pequeño "crater” por donde se introduce la aguja, y a una temperatura de trabajo de 1400º C en su interior. Se produce por un arco voltáico (electrofusión), que reduce a cenizas en 2/3 segundos el metal de la aguja después de usada, eliminando todo riesgo de pinchazo. Los restos de la incineración caen y se depositan en el cubilete interior, muy fácil de limpiar quitando su tapa inferior; Las cenizas son "residuos estériles” que se pueden arrojar a la basura sin más.
Su forma simple, de reducidas dimensiones y poco peso hacen al aparato muy manejable, siendo fácil de ubicar en cualquier lugar y guardarse en cualquier cajón del consultorio.
El incinerador de agujas ETNA497 incorpora una batería recargable que permite al usuario una "autonomía” de 100 agujas destruidas antes de que necesite recargarse. Para ello dispone de un cargador-alimentador independiente, así como de "Test Bateria” para conocer en cualquier momento si hay carga suficiente.
Este destructor de agujas destruye agujas de cualquier tipo, de calibre 18-16: intramusculares, de insulina, de anestesia, lavado endocanalar; instrumentos de endodoncia como limas, ensanchadores, tiranervios, etc.
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